lunes, 15 de octubre de 2012

De las goteras a esquire

De las goteras a esquire


Hoy he llegado a una conclusión, o más que conclusión… al final de una calle sin salida después de mucho indagar y tras desempeñar una vaga labor de investigación: ¿Por qué las actrices emergentes americanas posan en sesiones fotográficas como putitas en celo justo antes de asentarse como estrellas de ese firmamento que es Hollywood?

He alcanzado esta pregunta, cuasi retórica, al ver la portada de la revista Esquire donde aparece este mes la gran Mila Kunis. Esta guapa actriz saltó a la fama por coprotagonizar (entre otros con Ashton Kutcher) la agradable y entretenida serie ‘Aquellos maravillosos 70’. Tras participar en diversas series y empezar a hacerse un hueco en la gran pantalla, destaca, bajos las órdenes de Aranofsky en ‘Cisne Negro’. Poco después comienza a protagonizar comedias románticas de gran éxito de taquilla como por ejemplo ‘Con derecho a roce’ (muy divertida y recomendable)… ¡Vamos! Mila se ha convertido en la enésima gallina de los huevos de oro de Hollywood y además, este año, la han encumbrado, bajo un exquisito criterio, como la mujer más sexi de este loco mundo.

Y he ahí la cuestión: tanto reconocimiento público la lleva a la portada de la famosa revista Esquire en una postura muy sensual no carente de elegancia artística. Justo en ese momento, a un servidor le surge el gusanillo (como a cualquier otro hombre con fácil acceso a internet), y decide buscar documentación fotográfica de esta preciosa hija de la Rusia (Ucrania, más concretamente). El material de Google es más que extenso, pero de entre todas las sesiones fotográficas de Mila empiezo a caer en la cuenta de que conforme desciendo con el cursor de mi ratón mi cabeza comienza a ser bombardeada por los rostros de otras bellas féminas del star system. Todo es demasiado familiar, parece un déjà vu, y en mi cerebro se gesta un patrón. Las coincidencias son innegables, y lo que en un principio respondía a un acto ocioso se transforma repentinamente en un experimento pseudocientífico: Mila Kunis es Scarlett, Angelina y/o Jessica (Alba o Biel, qué más da).

El escenario: La misma cama de sábanas blancas alborotadas, idénticas sillas de escritorio y aquel sillón con cierto estilo vintage. ¡Pero no sólo concuerda en este patrón el mobiliario! La iluminación con exagerada luminosidad, el grotesco maquillaje, las posturas tan “sugerentes” como artificiales y antinaturales de las maniquís, sus escuetos atuendos (ropa interior guardada en el baúl de la atrezzista de las pelis de John Holmes)… la escenografía también canta por sus superlativas  coincidencias. Pero creo que lo que me lleva a encontrar la fórmula es la mirada de Mila: sus ojos lascivos y gatunos generaron este torrente comparativo que desemboca en una inexorablemente sincronía: todas las actrices de Hollywood han posado en una sesión de ‘Sillas y lechos húmedos’.

Por las similitudes del decorado se puede llegar a la conclusión de que es el mismo fotógrafo el que disfruta y dirige estas sesiones, y de ser así, y siempre basándose en las muecas de placer de las actrices: ¿a qué debe oler ese set de fotografía? ¿Cada cuánto lavará las sábanas este artista del daguerrotipo?

Pero estas cuestiones son secundarias, lo primordial de esta diserción es ¿por qué las actrices hacen estas burdas sesiones cuando sus carreras están a punto de llegar a su apogeo? ¿Qué clase de representantes hay en Hollywood? ¿Creerán que el target de Mila Kunis son los preadolescentes con las hormonas en estado de ebullición? ¿Y las actrices? ¿No saben que por muchas elegantes portadas de GQ o Esquire que protagonicen después, la red siempre las recordará como ronroneadoras gatitas en celo? Y eso en el mejor de los casos, Megan Fox no tuvo la oportunidad de posar para Esquire… su carrera al igual que su book se quedaron a las puertas de sobrepasar la ‘barrera putita’. Y por desgracia, así pasará a la historia.

Nadie (dios me salve) está pidiendo las aburridas sesiones en blanco y negro y sin artificios de Annie Leibovitz… pero los álbumes de fotos están para eso, para recordar el pasado, y eso no se olvida ni haciendo pelis con Woody Allen o Lars von Trier… Qué no se olvide: posasteis como putas sin necesidad de ello.


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