jueves, 11 de octubre de 2012
Prólogo
1:35 a. m.
Intentos, spoilers y jabon
El mundo no tiene la necesidad de un bloguero más tratando de expresar sus ideas banales o profundas en la red. A nadie le interesa realmente lo que escribe un desconocido sobre qué le pareció el estreno del último programa de canto de la tele. Tampoco le importa lo indignados que estamos por la mierda de país en el que vivimos. Y ni que decir tiene, si alguien ha conocido al hombre/mujer de su vida en el metro cuando cruzaron sus tímidas miradas y ahora busca redención plasmando la eternidad de ese fugaz momento perdido en, éste, el papel más largo del mundo.
A nadie le interesa.
Sé que a ti no te interesa lo que estás leyendo. Lees por curiosidad, y probablemente
por una retorcida y malévola curiosidad. Buscas los errores, intentas encontrar
la vulnerabilidad del autor en sus sinceras palabras. Pero, también porque hay
algo más…
El ser humano posee
dos virtudes. Una es el libre albedrío: somos libres de ver el
programa más hortera de la televisión y luego negarlo por vergüenza delante de
nuestros compañeros de trabajo. Tenemos la capacidad de estar sentados en un
bar tomando unas cervezas y sanear las cuentas de un mundo en quiebra con
nuestros argumentos revolucionarios, arengándonos con más y más vehemencia
conforme sube el nivel de alcohol en sangre. Al día siguiente todo está
olvidado y la única fortaleza que nos queda es la que nos lleva del dormitorio
al cuarto de baño, contribuyendo de forma activa a que este país mantenga su
hedor. Y También somos libres de estar en el vagón cruzar una mirada, que luego
calificaremos de eterna, y arrepentirnos toda la vida de haber abandonado el
metro dejando escapar el tren del amor (sí, me hacen gracia las metáforas tópicas).
Somos libres. Somos libres de elegir hacerlo mal si queremos… y eso mola.
El otro don, que
nos caracteriza es la empatía. Esa curiosidad, ese
sentimiento de afecto, o esa imperativa necesidad de querer verse reflejado en
el otro. Absorber una idea ajena y sentir que ya ha pasado mil veces por tu
cabeza. Puede ser una simpática situación cotidiana y costumbrista, el
compartir el peso de un mal con otra persona, o una elaborada descripción de un
bonito o patético instante con el que nos sentimos reflejados.
Tú puedes leer
estas parrafadas pseudointelectuales guiado por el libre albedrío en tu
búsqueda de esa ansiada empatía, y habrás elegido bien: soy tan cínico como tú,
me importa este país tan poco como a ti, y soy bastante celoso de mi intimidad.
Desconozco si te sentirás reflejado en mí. No es mi intención. Prefiero que me
leas bajo la lupa de esa malévola curiosidad a la que hacía referencia antes y
te suscite una sonrisa. Que nos riamos juntos de este mundo tan divertido.
Esta es mi
intención. Estos son mis intentos. A través de ellos, de unos
humildes ensayos o “pruebas” quiero entretenerte, divertirte, evadirte, y ¿por qué no? Entristecerte y enfadarte.
Quiero ser tu spoiler, obligarte a leer algo que no querías saber (no, no me refiero
a destriparte la próxima película de Nolan). Creo que durante unos minutos (en
los que yo tardo en escribir y los que tú gastas en leer) podemos dejar de
aspirar este hedor que nos asfixia. Demandamos jabón a gritos… ese que
puede acicalar este mundo, o el de Chuck Palahniuk, y a este paso, también
suplicaremos por la clásica pastilla…
Sé que tú no me
necesitas leer, pero ambos vamos a permanecer parados, ¿verdad? Cédeme un
intento para empatizar contigo, espolear tu libre albedrío y así
decidir cuál es nuestro jabón.
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2 comentarios:
ME HA MOLADO LO QUE HAS ESCRITO Y SOBRE TODO COMO LO HAS ESCRITO; NO ERES EL PRIMER COLEGA QUE SE HA EMBARCADO EN LA AVENTURA DE HACERSE UN BLOG, ESPERO QUE TE DURE MAS QUE A ELLOS...Y PORQUE NO ALOMEJOR YO TB ME ANIMO.
PD(CONSEJO): SI NO HACES RESEÑAS EN EL FACEBOOK DE TUS ACTUALIZACIONES DEL BLOG NO TE LEERÁ NADIE!
Como siempre...me encanta tu estilo! Me dejo espoilear
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